¿Cómo hacerlo en casa?
- Lava tus manos con agua y jabón.
- Comienza por darle forma a tus uñas (cuadradas o redondas)
limando suavemente cada una (para checar que hayan quedado perfectas, pásalas
por una pantimedia vieja que ya no uses; si alguna se atora, límala con mucho
cuidado).
- Aplica suavizante de cutículas en una mano y espera
aproximadamente un minuto y medio. Sumérgelas después en un recipiente que
contenga agua tibia con jabón por un par de minutos más.
- Con un palito de punta redonda (puedes comprar uno
especial en cualquier tienda de belleza), empuja la cutícula suavemente hacia
atrás (no debe doler y recuerda esterilizarlo con alcohol antes de usarlo). Si
ves algún pellejito salido, córtalo con mucho cuidado con unas tijeritas
especiales (hazlo siempre volteando las tijeras hacia arriba). Repite lo mismo
con la otra mano.
- Una vez que termines con todas, exfolia tus manos
frotándolas suavemente hasta las muñecas. Enjuágalas con agua tibia.
- Aplica una loción humectante para manos.
- Moja un algodoncillo con acetona y limpia cada uña para
remover cualquier residuo de crema o barniz.
- Checa que estén secas y listas para aplicar el esmalte.
Procura dar una capa de protector o base antes de pintarlas
(esto ayuda a evitar que se hagan amarillas, sobre todo con los tonos rojos).
- Trata de que la brocha contenga suficiente (no demasiado)
barniz para cubrir la uña y se deslice de manera uniforme. Lo mejor es pintar
del centro hacia los lados (se dice que lo ideal es lograrlo en tres
pinceladas).
- Espera dos minutos aproximadamente antes de aplicar la
segunda capa.
- Termina aplicando brillo cuando hayan secado por completo
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